Parecía un domingo sin muchas noticias que comentar, cuando Rupert Murdoch llegó a salvar el día. El prototipo del magnate  mafioso y sin el menor resquemor ético, no resistió la noticia que la iniciativa SOPA había pasado a dormir el sueño de los injustos en la congelador legislativa. Y tuvo un exabrupto en Twitter, en dónde acusó al Presidente Barack Obama de estar de acuerdo con sus "camaradas"de Silicon Valley y aprovechando el viaje, explotó en contra de su némesis Google y los acusó de lucrar con publicidad en sitios que violan los derechos de autor.

Rupert Murdoch no es una figura menor en el mundo del contenido y el hecho que haya perdido el control en público, es un buen indicativo de los sentimientos que existen al interior del complejo industrial del entretenimiento, acerca del incierto destino de SOPA y también indica las altas expectativas que tienen en torno a crear legislación que les ayude a prolongar la vida de sus moribundos modelos de negocio.

A través de News Corporation, Rupert Murdoch controla varios de los medios impresos más importantes de habla inglesa como son el London Times y el Wall Street Journal, aunque en realidad su fortuna y su reputación se construyeron con el auge de los tabloides basura, en donde demostró que bajo su administración no existen límites éticos si se trata de obtener una libra de ganancia. Su última hazaña fue el escándalo alrededor de su tabloide News of the World, en donde los reporteros llegaron a intervenir los teléfonos móviles de personalidades mediáticas, para tener material de primera mano para su medio. 

Además News Corporation es la controladora mayoritaria del sistema de televisión restringida Sky, dueña de los estudios cinematográficos 20th Century Fox y del controversial canal de noticias norteamericano Fox News. Durante su ascenso como magnate de medios, Murdoch ha sabido utilizar el poder de sus medios para negociar alianzas con políticos de reputación dudosas, siempre alineados hacia la ultraderecha. El escándalo de News of the World ha afectado su reputación y todavía no se determina la afectación en sus negocios, ya que por lo pronto su deseo de aumentar su participación en la filial inglesa de Sky ha sido detenida hasta nuevo aviso.

Y también, Rupert Murdoch odia a Internet con todas sus fuerzas, empezando porque no lo entiende, aunque tiene 15 días como miembro activo de Twitter, y continuando porque ha hecho el ridículo al buscar expandir sus negocios al mundo virtual. News Corporation adquirió la red social MySpace en 585 millones de dólares, cuando parecía que iba a convertirse en la siguiente gran empresa de Internet. No contaban con la pésima gestión de News Corporation y el surgimiento de Facebook y terminaron por venderla en 35 millones de dólares. Esta misma semana Rupert  Murdoch reconoció que la adquisición de MySpace había sido un gran error.

El Wall Street Journal es el ejemplo de un medio completamente cerrado a Internet y solo se pueden leer sus artículos mediante el pago de una suscripción y por la naturaleza altamente especializada ha sido exitoso. Sin embargo, cuando intentó seguir el mismo modelo cerrado en el London Times, el fracaso ha sido estrepitoso. También en un arranque de ira Murdoch trató de hacer que sus contenidos no aparecieran en los resultados de búsqueda de Google y solo dio marcha atrás cuando vio que ese aislamiento era perjudicial para sus negocios. Pero algo es seguro Rupert Murdoch no entiende a Internet y no sabe que hacer con él.

Algunas reflexiones:

Y en este caso solo queda decirle una cosa a Rupert Murdoch: !quiere llorar!, !quiere llorar!