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sábado, 2 de junio de 2012

Un tiburón de Hollywood, sin máscaras y en vivo y en directo

Estuve revisando las ponencias de la conferencia D10 organizada por el megablog All Things Digital y sin duda la mejor fue una en que se oficializó la disputa abierta que existe entre Hollywood y Silicon Valley. En una plática animada, en la que se caldearon los ánimos, Ari Emmanuel, director de la principal agencia de talento de Hollywood presentó su versión y visión del estado de la tecnología. (La liga incluye un video resumen que recomiendo ampliamente). En síntesis:

  • Las empresas productoras de contenido consideran que Internet es un medio por el cual su propiedad intelectual está siendo robada, así con esos términos y sin diplomacia. Esperan que compañías como Google proporcionen los mecanismos, sin costo para los productores por supuesto, que eviten la descarga de copias no autorizadas.
  • Reconoció que SOPA fue intento directo de la industria por establecer estos controles por la fuerza y que visto en retrospectiva no fue buena idea.
  • Se habla de la separación cultural que existe entre el sur y el norte de California, y la necesidad que existe de iniciar un diálogo más abierto entre la industria de tecnología y la industria productora de contenidos de entretenimiento.
  • El principal tema de la conversación giró en torno al contenido televisivo, en especial la televisión restringida y la inminente transformación del modelo de negocio. La petición de los moderadores fue sencilla: pagar por lo que queremos ver, cuando lo queremos ver y en el dispositivo que lo queremos ver, sin ser forzados a adquirir paquetes forzosos. Hay que ver el lenguaje corporal de Emmanuel, verdaderamente le molesta la pregunta.
  • Pero la respuesta fue mejor, ya que dijo que está de acuerdo siempre y cuando se le garantice que se mantiene su modelo económico. Entrando en detalles dijo que actualmente el mercado de televisión vale alrededor de 100 billones de dólares y que si se llegara a un modelo de consumo selectivo, simplemente se haría de 40 billones de dólares. En palabras sencillas, gracias a sus mecanismos truculentos la industria del entretenimiento puede extraer beneficios extraordinarios. Debemos estar muy enojados, estas personas estan pidiendo un desintermediación a gritos, y el mercado se las va a entregar más temprano que tarde.
  • El mismo Emmanuel reconoce que el poder en la industria ha pasado de manos de los distribuidores a manos de los productores de contenidos. En eso estamos de acuerdo, las nuevas tecnologías van a permitir que los consumidores se relacionen directamente con los productores y no queda más que desearle buen viaje, sin retorno, a los intermediarios.
  • El Sr. Emmanuel se metió en la boca del lobo, ya que estaba rodeado de tecnofílicos, y la sesión de preguntas y respuestas no fue nada tersa. Si no fuera por la distancia marcada por el estrado, yo creo que hubieran llegado a los golpes, vean el video.
  • Como punto final, con sus modales y su arrogancia el Sr. Emmanuel estaría bien ubicado como un gángster en película de Martin Scorcesse.

Algunas reflexiones:

  • Es difícil tener simpatía por las compañías de televisión restringida, ya que tienden a abusar de la santa paciencia del consumidor:


  1. Su modelo de comercialización obliga a pagar por paquetes no flexibles, por lo que todos tenemos programación que no nos interesa.
  2. En algún lugar de su imaginación piensan que pueden fijar los horarios de sus clientes.
  3. A pesar de cobrar una tarifa creciente, tienen el descaro de interrumpir la programación con publicidad.
  4. No hay muchas opciones, ya que es una industria altamente concentrada y en realidad todos los proveedores son igual de malos.


  • Sin embargo hay que reconocer que en el pasado, su existencia fue muy valiosa, ya que crearon una infraestructura de comunicaciones totalmente nueva, nos proporcionaron a los consumidores una estimable tarea de agregación de contenido y nos evitaron el problema de negociar individualmente con los productores. Tampoco hay que ignorar que crearon modelos de contenido impensables en televisión abierta, como pueden ser los canales deportivos o noticiosos de 24 horas.
  • Desde el punto de vista de los productores de contenido, las empresas de televisión restringida les llevaron millones de clientes.
  • Pero las nuevas tecnologías, hacen que sus servicios sean prescindibles. Si quitamos las reglas artificiales de tiempo, nada impide que una persona pague por un episodio de su programa favorito en iTunes, Google Play o Amazon. No se necesita infraestructura dedicada (cables, antenas satelitales), también no se necesita ningún intermediario para escoger programación. Y lo mejor de todo es que no hay consumo forzosos y no se justifica la limitación de horarios.
  • En verdad la desintermediación está en el aire, y para comprobarlo solo se necesita aritmética básica. Hoy en día, para un suscriptor de televisión restringida el costo de un canal premium que no sea HBO, gira en torno de un rango de 2 a 7 dólares. De estos dólares al productor de contenido le llega aproximadamente la mitad y la diferencia se queda en el prestador del servicio, que utiliza sus ingresos en pagar su cara infraestructura y generar una legítima ganancia.
  • Si tomamos el caso de un canal caro, como puede ser el deportivo ESPN, hoy en día el consumidor paga 7 dólares mensuales y el productor recibe 3.50. ¿No se beneficiarían ambos si fijan un precio de trato directo de 5 dólares? Dado que la respuesta es evidente, ya sabemos cual es el futuro de los proveedores de televisión restringida. Pista: van a ser vecinos de las tiendas de discos y los dueños de salas cinematográficas en el cielo (¿infierno?) de los modelos de negocio caducos.
  • En cierta forma el modelo ya está en existencia, con algunas imperfecciones y voy a poner un ejemplo personal. Casi no tengo tiempo para ver televisión, aunque pago una suscripción de televisión restringida. Cuando me entero que alguna serie es buena, compro las colecciones de DVDs y las voy viendo gradualmente. Voy algo retrasado, pero eso no me quita el sueño, ya que consumo de acuerdo a mis necesidades.
  • Actualmente estoy viendo la primera temporada de Mad Men (no se rían, si estuviera viendo televisión quién sabe qué estarían leyendo ahora) y pague por la colección de 13 episodios el equivalente a 20 dólares americanos, aproximadamente dólar y medio por episodio. Si quitamos la utilidad de la tienda en donde lo compre, la del distribuidor y fabricante de los discos, vemos que a los productores del contenido les está llegando una cantidad menor. Me imagino que estarían más que felices en recibir directamente mi dólar y medio por episodio y yo feliz de pagarlo, siempre y cuando no tuviera restricciones de medio de reproducción ni estar forzado a consumir en horarios restringidos. Creo que hay muchas posibilidades de un acuerdo.
  • Durante meses han existido muchos rumores de que Apple está llegando a un acuerdo con los productores de contenido, para que su programación sea distribuida como "aplicaciones" en iTunes y consumida a través de Apple TV. En realidad toda la tecnología está ahí, nada más falta un marco legal.
  • Hoy se dio a conocer un estudio de Nielsen que muestra que los consumidores se están alejando del consumo tradicional de televisión, con una caída de los ratings. También, por más que lo niegue la industria, hay una clara tendencia a desconectarse de la televisión restringida. Sin embargo la mayoría de las personas consumen la misma cantidad de programas de televisión, simplemente lo hacen por otros medios y dada la tozudez de la industria, no todos son legales.
  • El columnista Chris O'brien del San Jose Mercury News,  tomó el toro por los cuernos y decidió dar por terminado su contrato con su proveedor de televisión restringida, reducir su pago mensual y no sacrificar el contenido al que están acostumbrados los miembros de su familia. El final es feliz, ya que pudo cumplir su propósito, aunque el proceso no fue fácil ya que está utilizando tres proveedores de servicios diferntes. Es evidente la gran oportunidad de negocio que existe para un agregador, que simplifique el proceso.
  • No se puede obviar que O'brien vive en el lugar con más infraestructura tecnológica en el mundo, es un experto en el tema y sin duda tiene docenas de amigos que lo pueden ayudar. No todos los consumidores tenemos esa suerte, pero realmente solo es cuestión de tiempo.

He comentado varias veces la clara rivalidad que existe entre la industria del entretenimiento y las compañías de Internet. Me parece que el fin de la historia está muy claro, pero el camino no va ser nada sencillo. Es un negocio muy grande, y los intermediarios van a defender sus imperfecciones, con uñas, dientes y un ejército de abogados. La única incógnita es cuando van a aceptar su derrota, pero es un hecho que ya perdieron y debemos estar contentos, nos cuestan 60 billones de dólares.

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